Tenía que subir este relato el miercoles, pero despues de todas las escusas baratas que pensé, me di cuenta que lo mejor era decir la verdad: Un dragon incendió mi laptop con su rashoh lasser.
El proximo miercoles llegaré a tiempo (tal vez)
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La batalla de las bandas.
La competencia más grande del milenio se acercaba.
Este año, The Devils competía para retener el título. Eran lo más grande del
lado norte del tártaro, pero este año The Kronos se había llevado a su
vocalista. Hades, el manager de la banda, sabía que debía conseguir un
vocalista lo más rápido posible, que la batalla seria el día 31 a las 0:00, y
no había rastro de nadie que mereciera la pena.
—¿Llamaste a Bon
Scott? –Preguntó Keith Moon-
—Sí,
se fue con Zeus, maldito traidor. Además, este milenio se viene fuerte, Zaus
consiguió convencer a Sinatra y Mercury para que le hicieran los coros.
—¿y
a Jim Morrison?
—Poseidón
lo unió con Kurt Cobain. Y como si eso fuera poco, también fichó a John Bomham
en la batería, Randy Rhoads en la guitarra y Sed Viciuos y a Paul
Gray en el bajo. De seguro se drogaran y destruirán la habitación del hotel.
Malditos, si llegan a ganar me aseguraré de que Cerbero se los coma
—Por
el bajo no te preocupes, John y yo llevamos tocando dos vidas juntos, es el
mejor.
—Lo
que me recuerda: John, debes dejar de patear los amplificadores¡ya no estás en
The Who! —gritó
Hades.
—Tu
no comprendes mi arte —dijo
John dejando su bajo junto al resto de su colección.
—Keith
—Hades cambió su
mirada hacia el baterista que hacia girar sus baquetas esperando tener una
buena idea—
necesitamos un vocalista.
—¿Qué
tal el rey?
—Presley
este año será jurado, junto con Dio.
Keith maldecía el día que aceptó unirse a la banda
de Hades, lo bueno es que estaba con su amigo de toda la vida, John Entwistle y
esperaban a que Stevie Ray Vaugham llegara de los campos elíseos. Ellos tenían
grandes posibilidades, pero sin un vocalista estaban perdidos. Como bromeando
Hades comenzó a cantar pero enseguida John Entwistle lo amenazó con romperle
una guitarra en la cabeza si no se callaba.
—Lo
he hecho antes, Hades. No me tientes, y consíguenos un vocalista.
—¿Qué
crees que intento hacer? —preguntó
Hades golpeando la puerta a su espalda.
Hades salió de la sala de ensayo furioso, subió a su auto y comenzó a hablar con su
chofer.
—Paul,
necesito un vocalista para la batalla de las bandas o el estúpido Poseidón
volverá a ganar.
—¿No
puede hacer que uno venga? Digo, necesitaba un chofer y aquí estoy.
—No
es tan fácil. No puedo solo traer a un humano para mi beneficio personal.
Además, mis hermanos y los otros dioses se toman muy enserio esto. De hecho el
idiota de Dionisio junto con Afrodita y Ares hicieron su propia banda, y creen
que tienen una mínima posibilidad de ganar.
—¿Y
qué tal Ozzy? Digo, todos esperamos que se muera desde los 70´s.
—Ozzy
vive en el limbo, solo que a él, por sus servicios al inframundo, se le
permitió quedarse con los humanos.
—Tal
vez un poco de música lo relaje señor.
Paul
Walker, Su chofer, sintonizó 88.9 Spectral Rock. En la radio sonaba Born to raise Hell de Motorhead.
—Aaah
—Suspiró Hades— si solo Lemmy
estuviera aquí…
—Dicen
que le quedan tres meses de vida señor.
—¿Tres
meses? —preguntó Hades, incrédulo.
Hades torpemente metió la mano a su bolsillo, y
comenzó a buscar en su lista de contactos, J, k, L… Lemmy.
—Lemmy,
amigo mío, habla Hades.
—Estaba
durmiendo, llama más tarde, anoche tuve recital ¿Dónde habré puesto mi whisky?
—Olvídate
de eso. Me han dicho que te dieron tres largos meses en esa aburrida tierra de
mortales.
—Sí,
bueno, son un buen par de conciertos. Si tengo suerte moriré sobre el escenario.
—¿Qué
tal si tengo una propuesta para ti, mi joven Lemmy?
—Lo
siento, Hades, debo volver a dormir —Lemmy
sin pensarlo cortó el teléfono.
Hades no se dejó intimidar. Volvió a tomar su
teléfono y marcó nuevamente.
—¿Qué
hora es? —preguntó
Lemmy.
—Las
diez y cuarto —Respondió
Hades.
—Buena
hora para otro cigarrillo.
—Lemmy,
no te hablo de venir a dar conferencias, te hablo de la batalla de las bandas,
el evento más grande del milenio. Tocarás antes más de quinientos mil millones
de almas.
—¿Tienes
whisky y cigarrillos?
—Millones
de botellas y cartones. Solo debes venir por tu voluntad, te ofrezco
inmortalidad y una mansión en los campos Elíseos.
—Con
el whisky y el cigarro me habías convencido, Hades. ¿Cuándo me voy?
—Ahora
mismo.
De esa manera, The Devils, estaba lista para subir
al escenario justo al cambio de año. Fue así. Lemmy Kilmister no murió, fue
llamado por el mismísimo señor del inframundo. Larga vida al Rock
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