—Ok, sí, no es mi primera vez
aquí, pero eso no dice que fuera yo quien lo hizo.
—¿Y las piedras que tenías en
la mochila? –dijo el policía poniendo las manos en la cintura−
—Kirby las colecciona. Se las
llevaba a él. Además ¿Por qué llevaría piedras en la mochila cuando las calles
están llenas de ellas?
—Los guardias de los edificios
dicen que vieron a dos niños.
—Adolescentes. Que no me he
pasado catorce años en esta vida…
—Como sea. Dicen que han visto
dos adolescentes correr desde los edificio y hay cámaras de seguridad que
tienen los videos.
—Si me hacen una copia las
subo a YouTube. Aunque me imagino que las harán en VHS. Pero bueno, ¿me puedo
ir ya? mi mamá se enoja cuando no voy a mis clases de modales en la mesa.
El oficial miró a la
directora, y ella le dijo que ya estaba bien. Salí de su oficina poniéndome los
audífonos ¿Por qué siempre debía ser el sospechoso de todo? ¿por cómo me visto?
¿por cómo hablo? ¿por cómo actuó? ¿Por cómo camino? Me culpan por todo lo que
hago. En fin. Kirby corría con sus cuadernos en la mano. Casi me chocó pero
afortunadamente chocó con Jamón, un chico gordo del tercero C.
Jamón se enojó un poco, pero
sabía que Kirby era intocable, que yo había prohibido cualquier acto de
violencia en su contra, no porque fuera mi amigo, sino porque es como un
hermano. Kirby recogió sus cuadernos mirando nerviosamente a Jamón, luego
caminó hacia mí mirando hacia atrás con desconfianza.
— ¿Qué les dijiste?
— Nada –dije ayudándole con sus
libros- ¿Hablaste con ella?
—No contesta mis What´sApps, pero
sí sé que aún no se ha retirado, dicen que hoy no vino al colegio porque tenía
hora con el dentista.
— ¿Se quitará los brackets?
—No –dijo abriendo su mochila
para sacar su agenda. Un montón de piedras cayeron al piso− mierda.
— ¿Por qué tienes tantas piedras
en la mochila?
—Pensé que sería una buena
coartada –dijo mientras recogíamos todo−. Según mi agenda se quitará los brackets en marzo
próximo.
—Genial, me encantan sus brackets.
Daniela era una chica hermosa,
bastante educada y muy inteligente, lo suficientemente inteligente como para
saber que yo no era, no soy ni seré un buen partido. Siempre había sido muy
amable conmigo y yo la amaba en secreto, es difícil mirarla a la cara y decirle
“eeeeeee-eeee-eeem, me… (dos horas más tarde) gustas”, pero creo que no
importaba, ella siempre estaba para mí.
Dos veces reprobé matemáticas
y mi mamá se aseguró de que Daniela me diera clases particulares. Fueron las
cuatro semanas más divertidas de mi vida, nos reíamos por todo, podía pasar dos
horas diarias con ella durante tres días a la semana y al terminar, su papá me
iba a dejar a casa y hablábamos durante todo el camino; cosa que no puedo hacer
mucho con mi papá porque siempre está trabajando por aquí o por allá, no es un
mal tipo, solo demasiado trabajador.
Comencé a mejorar en
matemáticas, lo que hizo que ya no necesitara un tutor y a pesar de que Daniela
siempre me hablaba amablemente, cuando me miraba yo quedaba idiotizado y no
sabía que responder, y cuando al fin lo sabía ella ya se había ido.
El problema grande vino cuando
comenzó la crisis. Nosotros asistimos al elegante y carísimo Instituto Lascan
Noir, colegio elitista y sobrevalorado, para burgueses con exceso de dinero,
que derrochan en sus hijos que lo único que necesitan para tener un buen futuro
asegurado es el apellido que llevan. Bueno, que yo también llevo, lo admito,
mis padres y también los de Kirby son cerdos capitalistas, aunque los de Kirby
son cerdos comunistas que dicen odiar el capitalismo y se pasean por ahí en un
Mercedes con chofer.
Mientras que don Raúl, el
padre de Daniela, tiene una vidriería de barrio, ni tan grande ni tan pequeña,
con la que debe trabajar todos los días, pero se da el lujo de ir a dejar a
Daniela al colegio a diario, y de cenar con su familia. Su negocio comenzó a
decaer cuando cambió el gobierno, a dos años del comienzo del mandato las
finanzas se fueron al carajo, y como él decía, lo que pedía no era dinero o
apoyo, solo pedía trabajo.
A pesar de que Daniela tenía
una beca, el instituto le cobraba un ojo de la cara, yo siempre les dije a mis
padres que me podían enviar a una escuela pública, pero ellos decían que no
tendría ninguna conexión importante si no salía de un buen colegio e iba a una
buena universidad. Como si el apellido y los amigos de papá no me tuvieran la
vida pre-resuelta.
Es verdad, todos me dicen que
soy un niño rico jugando a ser pobre, pero ¿qué le voy a hacer? así me siento.
Hace un año me aburrí de mi casa y me fui, no se lo dije a nadie, pero estuve
durante tres días en una casa ocupa. Aprendí un montón sobre la vida,
principalmente sobre arte; sobre como ver el mundo y expresarlo. En la noche
del tercer día, la policía allanó la casa y puso a todos los veganos, punks y
artistas de estómago al suelo buscando al niñito rubio que había sido
secuestrado y radicalizado. Fue la opresión más grande que he visto en mi corta
vida. Me sentía culpable, como nunca, el peor sentimiento de mi vida.
Ver como los polis pateaban
las fuentes de carne de soya, destrozaban los murales y a punta de golpes se
llevaban a todas las personas que me habían acogido…
Todos me decían que no me
preocupara, que todo estaba bien, y los polis los golpeaban para que se
callaran. Cerdos.
El lema de mi papá es que si
quieres algo debes hacerlo, tomarlo, eres un lobo o una oveja. Aunque suene feo
y sea un cerdo capitalista, es un buen tipo, lo juro. Pero según su lógica
ambos teníamos la razón, yo siempre hacia lo que quería y él siempre conseguía
traerme de vuelta. Todos decían que el pagaba sus culpas conmigo.
Al saber lo de Daniela, Kirby
y yo comenzamos a buscar la forma de ayudar a don Raúl para que Daniela no
tuviera que irse del instituto. No se me ocurrió ninguna forma de hacer
suficiente plata como para dársela a don Raúl. Robar no iba conmigo y mucho
menos con Kirby. Estábamos casi dándonos por vencidos cuando un pájaro chocó
contra la ventana de la habitación de Kirby.
Nos miramos y trazamos el
plan.
Durante las siguiente dos
semanas, Kirby y yo estuvimos rompiendo las ventanas de cada banco, empresa,
industria y oficina. También rompimos muchas del colegio y dos de una estación
de policía, pero esas fueron por recreación más que por trabajo.
Según Goahl, que era uno de
los que vivía en la casa ocupa, destruir es la más antigua forma de arte. Yo
creo que fumaba mucha hierba punk, pero quien soy yo para corregir a un artista
que por definición dice que yo soy un artista.
Al día siguiente la policía
puso las imágenes de los vándalos en la tele, y a nadie le quedó la más mínima
duda de que fuéramos Kirby y yo. Mi teléfono comenzó a vibrar y llegaron todo tipo
de mensajes, algunos riéndose, otros apoyando y algunos preguntándonos ¿por qué
no los habíamos invitado?
El mensaje realmente
importante llegó en la mañana, cuando iba al instituto, donde sabía que me
estaría esperando la policía.
Daniela: Charly−Charly,
Estás
ahí??
Charly:
SI.
Daniela: Charly−Charly
Fuera
del colegio hay una patrulla
Te
están esperando a ti?
Charly: Si
XD
Y a Kirby.
Daniela: Charly−Charly
Es
mi último día de clases
Me
cambiaré de colegio y no podré verte.
Charly:
No puedes irte
De
verdad me gustas
Quebraré
todas las ventanas de la ciudad si es necesario.
Daniela: Sabia que lo habías hecho por mí.
Tonto.
Por
qué no me lo dijiste???
(¬.¬)
Charly: Cuando de ti se trata.
Soy
tímido…
y
vándalo XD
Lo
siento,
debí
decírtelo.
Daniela: Y si me invitas un helado?
Charly: Cuando quieras
De
verdad
Cuando
quieras
Daniela: Que tal ahora mismo?
Puedo
faltar un día a la escuela
Y
los polis no dejaran que té entres.
Llamé a Kirby y le conté que
mi plan había resultado, incluso yo me sorprendí, pero resultó. I HAVE A DATE!